Mishima

10.00 On Sale

Federal Blue
Bright Red
Yellow
print in risograph
140 x 200 mm
cover: stencil
binding: singer
fully created in per(r)ucho
CASTELLANO / ENGLISH

ES
El último día de la vida de Mishima tiene muy pocas horas. Y todas
ellas, hasta el último momento en el que todo se tuerce, estarán configuradas
como un homenaje vital a una fuerza espiritual que, desde
luego, nosotros difícilmente podemos comprender. Un día radical. Volcánico.
Completamente al margen de cualquier criterio de medición coherente.
Mesurable más como una obra de ficción que como una crónica.
Un día de los años 70 en el que cuatro hombres viajan hacia otra época.
Hacia otro mundo, hacia un lugar poblado por personajes que, aunque a
nosotros no nos puedan parecer reales, a ellos, sin duda, les resultaban
referencias obvias. Un mundo de actores de teatro Noh, extrañamente
amanerados bajo grandes tajes de colores, un país de geishas y samurais,
de guerreros con espadas ensangrentadas, un mundo, también, en el
que gente normal, bajo sombreros cónicos, compraba y charlaba en las
calles tranquilas de Tokio.
Mientras, al fondo, al sur-oeste, la silueta inmutable y perfecta del
monte Fuji observa. Y lo hace con la tensión propia de quien es, a pesar
de todo, un volcán.

EN

The last day of Mishima’s life has very few hours. And all of them, until
the last moment in which everything goes wrong, will be configured
as a vital tribute to a spiritual force that, of course, we can hardly
understand. A drastic day. Volcanic. Completely outside of any coherent
metric. Measurable more like a work of fiction than a chronicle. A day
in the 70s in which four men travel to another time. To another world,
to a place populated by characters who, although they may not seem real
to us, were undoubtedly obvious references to them. A world of strangely
mannered Noh actors under large colored neckties, a country of
geishas and samurai, of warriors with bloody swords, a world, too, in
which ordinary people, under conical hats, shopped and chatted in the
quiet streets of Tokyo.
While, in the background, to the south-west, the immutable and perfect
silhouette of Mount Fuji watches. And he does it with the tension of
someone who is, despite everything, a volcano.